martes, 28 de mayo de 2013

Las princesas sin reino, de Becky Rubinstein F.

Las princesas sin reino, de Becky Rubinstein F. 
Primera edición, Ciudad de México, 2013. 
Mil ejemplares. Portada de Luis Sn Carlos. 

Las princesas sin reino son criaturas insomnes, seres fantasmales, habitantes todas de un  territorio de paisajes nebulosos, en donde se paralizan las manecillas de todos los relojes, el tiempo deja de fluir y todo sucede en un estado de duermevela que oscila entre el sueño y la vigilia, sin la esperanza de que el despertar llegué con el sol del día (después de todo el mundo de las sombras es también el de las luminosidades). Luz y oscuridad son perfiles de un mismo rostro. De la noche nace el día y del día la noche. La rueca gira y vuelve sobre sí misma, siempre al punto de partida, una y otra vez, interminablemente. Así Becky Rubinstein, en este libro de poemas, se interna y nos hace viajar hacia el fantástico mundo de los príncipes, las reinas, las princesas y las hadas y con ello nos sitúa en el tiempo de los comienzos, en el principio, “cuando los animales hablaban…cuando hombre y naturaleza eran uno solo”. Es decir, cuando no había diferencias entre este mundo y el otro. Entre el dormir y el estar despiertos.


                                                                                     Ernestina Yépiz

viernes, 29 de marzo de 2013

"El péndulo de cal", de Alondra Berber


El péndulo de cal, de Alondra Berber.
Ciudad de México, Primera Edición, 2013. 
Ilustración de portada: Rody Salinas. 
1000 ejemplares. 

El péndulo de cal es un poemario que oscila entre la repentina sensación de vértigo y el cadencioso, pero siempre terrible devenir de un paraíso mexicano hecho de podredumbre. Es fácil notar, en una primera aproximación a estos versos que, extrañamente hermosos, han sido elegidos por la Muerte para dar voz a esas “certezas mansas” que hacen de la lectura un lúdico laberinto de oscuros movimientos y ritmos luminosos, que del más atrevido sobresalto pueden llevarnos hasta un complejo pero apacible erotismo impregnado por insólitas imaginerías. La iniciación en las letras de Alondra Berber es una asechanza de ideaciones desgarradas, un órfico deambular entre las más telúricas fantasmagorias del amor.

José Miguel Lecumberri